Dorota Dziewońska
Me gusta aprender lenguas extranjeras y compartirlo con los demás, comparando cómo vemos los mismos fenómenos en distintas culturas y cómo los describimos en distintos idiomas. Hablo inglés, ruso, un poco de francés y estudio alemán y húngaro, por lo que comprendo bien a qué se enfrentan mis alumnos.
Me licencié en Lingüística Aplicada en la Universidad de Varsovia y empecé a dar clases en los años noventa, primero en la Escuela de Verano de Polaco de la Universidad Jagellónica y luego en la Escuela GLOSSA. He trabajado con personas de distintos países y niveles, desde principiantes hasta avanzados. Valoro el enfoque individual: cada persona aprende de forma diferente y presta atención a algo distinto. Por eso, en mis clases, el material puede ser cualquier cosa: una película, una canción, un diálogo o una historia personal. Creo que la lengua es como nuestras vidas: impredecible y cambiante, moldeada por lo que experimentamos. Al mismo tiempo, tiene leyes estrictas y lógicas que nos ayudan a navegar por este caos espontáneo. Por eso, desde el principio, he insistido en la importancia de la gramática como ayuda, no como obstáculo, para el aprendizaje.